Sólo para los que hubiesen querido hablar de fútbol conmigo en esa maravillosa etapa del 11 de junio al 11 de julio.
El Mundial ha acabado hace algunos días, y la resaca futbolera se va apagando sin hacer ruido. Poco a poco se convertirá en un despertar más sereno y vacío, y la añoranza por esos sentimientos desaforados nos empujará a los fanáticos a sumarnos a cualquier fiesta que ose con asemejarse, así sea nuestro tercermundista campeonato Descentralizado. Los destellos de la Jabulani, de Sudáfrica, de Larissa Riquelme, del estúpidamente célebre pulpo Paul pasarán a la historia en no mucho tiempo, y sólo reaparecerán las imágenes pintadas de rojo español y de Andrés Iniesta catapultándose como genio inmortal cuando, en cuatro años, nuestros sentidos peloteros nos lleven de regreso a un jolgorio que siempre amenaza con ser mejor que el anterior.
Así de categórico es el fútbol. Al final el Mundial deja para la foto la imagen del campeón, y salvo en contadas excepciones (la Holanda de Cruyff en el 74, el llanto de Maradona en Italia 90, el cabezazo de Zidane a Materazzi), la participación de los perdedores permanece largo rato en la retina del cada vez más olvidadizo fanático. Yo he querido inmortalizar en este texto el accionar de los que no la hicieron. De los que fracasaron en el intento. De los que nadie hablará cuando los estímulos marketeros que envuelven al torneo preferido de la FIFA aspiren con contagiarnos de su espíritu, como si no bastase con el amor incondicional que sentimos por nuestro deporte rey. Lógico, también habrá un (vasto) espacio para ese maravilloso equipo de Vicente del Bosque. No hacerlo sería una falta de respeto para un campeón con holgado merecimiento; y sería privarme del placer narrativo que significa escribir sobre España, similar al disfrute que genera con su fútbol a ras del piso y el fino toque de sus excepcionales mediocampistas.
Hablaré brevemente primero de los países, pero los protagonistas del análisis (que pudo ser mucho más exhaustivo o imparcial de no ser por lo que explico aquí) serán los jugadores. De las selecciones sólo puedo decir que España se consagró porque fue el que mejor fútbol hizo a lo largo del torneo, y porque derrotó en un partidazo al segundo mejor equipo del Mundial: Alemania. Y sobre todo, España es campeón porque Brasil, el único capaz de superarlo, fue eliminado insólitamente por Holanda en cuartos de final. Pese a las críticas a Dunga y a su sistema “defensivo” y poco vistoso, Brasil fue en mi opinión el mejor equipo hasta los fatídicos 45 minutos finales de su participación. Fue yendo, fiel a su historia, de menos a más, llegando a tener un altísimo pico en su rendimiento en pasajes de la masacre contra Chile y en el primer tiempo contra los holandeses, que debió terminar con un resultado más abultado. Con la eliminación de Brasil todo quedaba en manos de España o de Alemania, porque Holanda no llegó nunca a posicionarse como candidato. Por primera vez desde que tengo uso de razón primaron en el esquema naranja la marca y el amarre del juego. Acostumbrados a ver a equipos holandeses comandados por el talento de Bergkamp o la contundencia de Van Nistelrooy, presenciamos esta vez a una escuadra que jugó al ritmo de Marc Van Boomel. Y les bastó con la esporádica magia de sus dos mejores hombres, Sneijder y Robben, para ganar con lo justo y casi sin despeinarse sus partidos, en una primera ronda con rivales muy livianitos y la serie más sencilla de los octavos de final.
Argentina es un párrafo aparte. Llegaron hasta donde puede llegar un equipo de excelentes jugadores sin la mínima intendencia de un director técnico. Maradona demostró que en el fútbol el entrenador y el futbolista son dos cuerpos totalmente diferentes. Diego armó mal el equipo al prescindir de Zanetti y Cambiasso, presuntamente vitales en reemplazo de dos puntos flacos del equipo: el lateral derecho y el mediocampista que acompañe a Mascherano. Después se contagió de las virtudes de sus “muchachos”, y plasmó un esquema digno de México 70, con un solo volante de quite y dos ofensivos, y tres puntas. Ni en el PlayStation se puede ganar así en estos tiempos. Menos contra un equipo versátil y lleno de variantes, como la insólitamente joven Alemania. Argentina debió prescindir de Tévez o de Higuaín para jugar con cuatro en el medio frente a los teutones. A Diego lo terminó por hundir el excelente nivel mostrado por Carlitos tanto en las prácticas como en los primeros partidos, y el oportunismo del “Pipita” para mojar cuatro veces en un torneo que lo tuvo lejos de sus mejores tardes madrileñas. Si sentaba a uno de los dos contra Alemania no se molestaba nadie. Ni que fueran Batistuta.
Palmas para los sudamericanos, con Uruguay como abanderado fundamental de nuestra raza latina. Qué equipazo. Maestro Tabárez. Ídolo Forlán. Correcto lo de Paraguay. Cumplió. Si no llegaba a los cuartos de final hubiese sido un fracaso, teniendo en cuenta que desde hace diez o doce años es potencia en Sudamérica, la plaza más difícil para jugar las Eliminatorias. Y Chile, ya lo dijo Zamorano, ganó contra los que tenía que ganar y perdió con los que tenía que perder. El fixture estaba hecho para que en el mejor de los casos tengan la campaña que tuvieron.
La decepción fue África, aunque ya los cables noticiosos nos daban un presagio de lo que sería un Camerún diezmado y una Nigeria sin un adecuado recambio generacional. La lesión de Drogba terminó por hundir a Costa de Marfil, que en su segunda cita mundialista en el “grupo de la muerte” (en el 2006 compartió grupo con Argentina, Holanda y Serbia) tuvo además de enemigo al fixture, que lo colocó frente a Brasil en el segundo partido, el que tenían que ganar sí o sí los pentacampeones. En Europa faltó categoría globalmente (Suecia, Rusia o Turquía hubiesen ofrecido un mejor papel que Eslovenia, Serbia y Grecia), pero al final pesaron sus tres mejores exponentes: España, Holanda y Alemania. Lo de Italia y Francia no fue una decepción. Aunque confieso que los imaginaba superando al menos la fase inicial, sólo un iluso podía apostar por su ingreso al podio de los semifinalistas. Domenech se debió largar a su casa ni bien acabado el Mundial del 2006, donde lo salvó la magia de Zidane; e Italia carecía del material hasta para fortalecerse con su “catenaccio”, sin contar que esta vez no había ni un Baggio ni un Del Piero ni un Totti que marque la diferencia. No hubo, siquiera, un Pirlo, lesionado y aburguesado.
El fútbol es de los jugadores
A continuación presentaré una lista de los futbolistas que en mi opinión fueron protagonistas. Vale aclarar que su ingreso en este mini ranking está regido por las expectativas que tenía con ellos o por la cantidad de partidos en los que los pude ver. Estarán separados en cuatro grupos: las decepciones, los que cumplieron, los que destacaron y los miembros del equipo ideal según mi criterio. Y estarán acomodados de acorde a sus méritos, de menor a mayor.
Las decepciones:
1- Wayne Rooney: el ariete del Manchester United fue la gran decepción de la copa del mundo. Llegó con el cartel de candidato a goleador, con todos los boletos para ser el abanderado de la selección que debía ser por fin protagonista, y pasó sin pena ni gloria. Errático hasta en jugadas sencillas, se despidió sin anotar un solo gol. Es joven y tendrá revancha, pero es el segundo Mundial en el que fracasa. El peor jugador del torneo.
2- Fabio Cannavaro: el último rey de la copa FIFA fue un fiasco. Protagonista tangible de lo que fue su selección en este torneo. La campaña de Italia en el Mundial se resume con un Cannavaro vencido tras un saque lateral de un eslovaco. Una actuación diametralmente opuesta a la del Mundial pasado, que amenaza con perjudicarlo en el podio de los más grandes de la historia. Franco Baresi, actualmente y sin estirar las piernas, hubiese cumplido un mejor papel.
3- Frank Lampard: otro que caminó en el Mundial. Salvo contra Alemania y específicamente en el disparo que acabó con ese grosero error arbitral que lo privó de gritar su único gol en copas del mundo, no fue gravitante. Al igual que Rooney, fue su segunda decepción mundialista. Lampard es Dios en el Chelsea, pero ha quedado demostrado que con su selección no rinde.
4- Franck Ribery: tuvo una asistencia en el último gol de Francia en el Mundial, pero estuvo irreconocible en todo el torneo. Desde que Ribery fue tentado por el Madrid y el Barcelona su rendimiento ha estado en constante picada. Peleas con su técnico, lesiones, expulsiones. Y un Mundial para el olvido.
5- Felipe Melo: el villano de la eliminación de Brasil. Borró con su autogol y su absurda expulsión el gran pase a Robinho para el gol frente a Holanda. Era el “defendido” de Dunga y debió ser el más ecuánime cuando las papas empezaron a quemarse. Otro que al alcanzar protagonismo (con su pase a la Juventus) ha diezmado su accionar.
6- Humberto Suazo: el “Chupete” tuvo el infortunio de llegar lesionado a la cita mundialista. Su actuación hace recordar al “Diablo” Etcheverry, vital para la clasificación de Bolivia a USA 94 pero que en el Mundial anduvo lesionado. Etcheverry fue expulsado a los veinte minutos en su único partido en el 94, y al “Chupete”, errático como nunca antes, la crítica no lo recordará por algo mejor que al boliviano.
7- Fernando Torres: el “Niño” no estuvo en el Mundial. España mostró su mejor juego con él en el banco, ya sea con Llorente primero, o con Pedrito después. Ingresó por Villa en los últimos minutos de la final y se desgarró. Casi ni se le ha visto en los festejos de “la furia” en La Cibeles. Es el único español del mundo que no está 100% contento.
8- Steven Gerrard: anotó un golazo en el debut frente a Estado Unidos y anduvo batallador, pero su currículum prometía mucho más. Gerrard es uno de los jugadores más completos en la historia del fútbol a mi gusto, y lamentablemente tendrá que contarle a sus hijos que el Mundial no pasó por él. Es difícil imaginar que en Brasil 2014, con 34 años, pueda jugarse una revancha. Una lástima.
9- Claudio Bravo: el portero chileno fue protagonista de la jugada que terminó por hundir a Chile, cuando salió a cortar sin criterio un balón lejos de su arco dejándole servido el gol a Villa. Los años se encargarán de borrar de la memoria de la gente que el campeón del 2010 pudo quedar afuera en primera ronda a manos de un sudamericano. Para el bien de Bravo, nadie hablará con el tiempo de su estupidez.
10- Julio César: el mejor arquero del mundo falló cuando menos tenía que fallar. Era su Mundial, su oportunidad de pasar a la historia, pero los libros y las estadísticas dirán que Taffarel y Marcos, porteros con menores cualidades que él, fueron mucho más trascendentes. Un arquero de Brasil, equipo al que le llegan ocho veces por campeonato, no puede tener dos errores gruesos. Y Julio César los tuvo.
11- Samuel Eto’o: anotó dos goles pero su selección fue la peor del torneo (sólo superó a Corea del Norte). Además el último gran número 9 del Barcelona estuvo lejos de su mejor nivel. No fue el Eto’o del Barza, fue el Eto’o del Inter, un jugador que con 29 años está viviendo un declive en su carrera. Camerún basaba sus esperanzas en él, y terminar con cero puntos en un Mundial en su continente, es un fracaso rotundo.
12- Cristiano Ronaldo: anotó un gol y destacó en la goleada de Portugal frente a Corea del Norte, pero lo suyo frente a España, cuando su equipo más lo necesitaba, fue muy opaco. Cristiano le dio pie a los imbéciles que dicen que es un jugador producto del marketing. No se portó a la altura de lo que para mí es: un jugador excepcional.
Los que sólo cumplieron:
13- Didier Drogba: con un solo brazo se dio maña para pesar siempre, y para ser una constante amenaza para los defensores rivales. Anotó un golazo frente a Brasil, y a diferencia de Eto’o, fue más gravitante en su selección. Llegó a contagiarlos, pero no alcanzó.
14- Kaká: le bastaron chispazos para destacar. Casi sin sudar tuvo tres o cuatro pases de gol, pero su rendimiento no pasó a mayores. Se esperaba mucho más de él. Se fue sin anotar y con una expulsión, ambas cosas rarísimas en su carrera.
15- Robbie Van Persie: fue el gran sacrificado de la selección holandesa. Jugó de nueve cuando él es extremo o media punta. Fue más lo que rebotó que lo que aportó. Igual fue titular en el sub campeón del mundo, y eso es meritorio.
16- Javier Mascherano: no le alcanzó para ser el ancla de su selección. Se vio superado en varios pasajes, sobre todo frente a Alemania. Pese a eso el “Masche” tuvo buenos momentos. Es un jugador que sólo sirve cuando está 8 puntos, y eso no ocurrió en el Mundial. Alemania 2006 lo gozó en mayor nivel.
17- Robinho: cumplió. No se puede esperar más de alguien que ha resignado gloria por volver a su país a recuperar la autoestima. Igual tuvo chispazos geniales. Individualmente, en el “mano a mano”, fue de los mejores del torneo. Hizo dos goles, pero da la impresión de que no logra asentarse en una selección de peso como la brasilera.
18- Gonzalo Higuaín: hizo cuatro goles (un hat-trick frente a Corea) y eso le basta para aprobar, pero no estuvo en un buen nivel. Salvo el golazo que hizo ante México, lo del “Pipita” no fue superlativo. Sigo pensando que a Argentina lo que le falta es un 9 de peso. Está claro que Higuaín no lo es, y Milito, de gran nivel en el Inter, no fue tomado en cuenta, y por su edad, no tendrá revancha al parecer. Argentina con Luis Fabiano, por ejemplo, sería otra cosa.
19- Maicon: el segundo mejor lateral derecho que he visto en mi vida tuvo un Mundial aceptable. Anotó un golazo en el debut de Brasil, y hasta el segundo tiempo frente a Holanda tenía todos los boletos para ser el mejor lateral del torneo, pero se cayó.
20- Xabi Alonso: lo menos bueno dentro de lo excelso de la selección española. No fue protagonista pero cumplió. Falló un penal que le hubiese proporcionado más puntos. En la final fue cambiado en un momento clave. Su salida le dio visa para la historia a su reemplazante, Césc Fábregas.
21- Luis Fabiano: demostró su calidad con tres golazos que son marca registrada. Tiene un guante en el pecho. Además, es ágil y con dribling, y posee un portentoso disparo. En un puesto picante como el centro delantero brasilero, ha demostrado desde hace rato que está a la altura. No es Ronaldo, pero con lo que tiene le ha bastado. ¿Seguirá para el 2014?
22- Lucio: pocas veces vi un partido en el que el central de un equipo ganador por 3 a 0 sea figura, y Lucio lo fue contra Chile. Tuvo un gran Mundial, aunque se diluyó en el peor momento. Ha sacado chapa para la eternidad al superar a Pelé como el brasilero con más presencias en la copa del mundo, y eso es suficiente para nombrarlo. Cumplió.
23- Lionel Messi: al 10% de su juego fue lo mejor de Argentina. Generó muchísimas situaciones de gol y estuvo fino con la pelota. Le faltó meterla, pero la tuvo ahí. Fue el mejor jugador de la primera fase en mi opinión. Y sin despeinarse. Contra Alemania fue una sombra. Messi llegó para ser la estrella y no lo consiguió, pero es tan bueno que incluso con un 4 a 0 a cuestas, y sin haber hecho un solo gol, no podemos decir que fracasó. Tendrá revancha.
Los destacados:
24- Gabriel Heinze: el “Gringo” fue la revelación de la escuadra de Maradona. Acaso el único acierto del entrenador albiceleste. Lo “bancó” a muerte, como dirían los “chés”. Y Heinze fue una muralla hasta que se topó con Alemania. Además, anotó el gol más importante para Argentina en este Mundial: el primero. Había que verlo al “Gringo” en la cancha. Su rostro no podía transmitir más compromiso, y con sus conocidas limitaciones, destacó.
25- Tim Howard: arquerazo. Fue la diferencia principal entre Estados Unidos e Inglaterra en el partido que empataron a uno. Ha demostrado muy buen nivel. Es rápido y sobrio. Y se nota que sufre cuando pierde.
26- Justo Villar: no tenía muchas expectativas con este portero que a mi gusto, es muy bajito para ser el número uno de una selección que se hizo grande con Chilavert. Pese a eso respondió. Contra España anduvo muy bien, y fue vencido por Villa tras varios rebotes. Ha pagado su deuda. Es el “1” de Paraguay.
27- Antolín Alcaraz: el abanderado de la defensa paraguaya. El destacado dentro de una defensa que cumplió con creces, como siempre. Pocos lo conocían y mostró su personalidad y su buen juego. Con un certero cabezazo abrió el camino en el empate contra Italia. Le ganó en el juego aéreo a una defensa conocidas por destacar en ese rubro.
28- Landon Donovan: un crack. El gringo no tendrá en este lado del continente el marketing que posee en su patria, pero qué jugador que es. Aparece cuando tiene que aparecer, es técnico, con temperamento. Hizo goles claves y ya pasó a la historia, en mi opinión, como el mejor futbolista estadounidense de todos los tiempos.
29- Carlos Tévez: el “Apache” puso en aprietos a Diego con su gran nivel. Tuvo que variar su sistema para darle cabida en la oncena titular, cuando días antes había declarado que sólo jugaría con Messi e Higuaín en la delantera. Tévez se preparó como nadie para este torneo y en la cancha se vieron los resultados. Anotó un golazo contra México (y otro en offside pero oportunísimo) y ya tiene, sin hacer mucho aspaviento, tres goles en los mundiales.
30- Miroslav Klose: se quedó a un gol de igualar a Ronaldo como el máximo artillero en la historia de los mundiales. Nunca entenderé por qué diablos no jugó contra Uruguay, apelando siquiera a un penal o a una posibilidad de remate con la cabeza, que es casi como un penal para él. Hizo cuatro goles y demostró que es un delantero de temer. Cuando se pone la camiseta de su selección (o de la selección que lo ha acogido, porque él es polaco), la rompe.
31- Eduardo: arquerazo. Sólo fue vencido una vez, y el verdugo fue David Villa, nada menos. Portugal demostró que no era Ronaldo y diez más. Tuvo un equipo compacto (con Tiago y Meireles en magnífico nivel también) y hasta tuvo un buen arquero. Lástima que se les cruzó España. Fue el otro equipo al que el fixture le jugó una mala pasada.
32- Lukas Podolski: al igual que Klose (polaco también) rinde más en su selección que en su club. Literalmente se puso la camiseta, y se dedicó a trabajar en pos del conjunto. Ya no fue más el errático atacante catalogado como una eterna promesa, en el Mundial fue un extremo con un importante ida y vuelta. Contra Argentina, por ejemplo, lo vimos defendiendo en su área con el mismo ahínco con el que pugnaba por desbordar en la rival. Muy buen trabajo.
33- Mark van Bommel: pegó más de la cuenta y jugó gratis la mayoría de los partidos (en la final fue un exceso), pero a van Bommel dámelo siempre. Es el “6” que todo equipo quisiera tener. Con presencia física para intimidar a los rivales, para marcar territorio y presencia. Y con buen pie para elaborar jugadas y para controlar los tiempos del partido. Muy buena labor.
34- Arévalo Ríos: no lo tenía nadie al uruguayo, y fue un motor en el medio campo. La fusión perfecta entre Mascherano y el mejor “Chicho” Serna. Mete los noventa minutos, y en ocasiones puntuales, como en el desborde para el centro hacia Forlán en el mejor gol del Mundial según la FIFA, demuestra calidad. Ha incrementado en 500% su valor en el mercado. Uruguayo de pura cepa.
35- Luis Suárez: con un inicio opaco, Luisito se ganó el corazón de todos a punta de sacrificio y con trascendencia en dos partidos claves: anotó los goles contra México y contra Corea, por lo que su accionar está sólo un escalón debajo de lo hecho por Forlán. Este inicio de temporada en Europa los teléfonos del Ajax deben estar reventando. Suárez no se va a quedar mucho más tiempo ahí.
36- Bastian Schwensteiger: un crack que ha despertado en la retina del fanático. Venía pasando desapercibido las últimas dos temporadas, pero en la última reapareció con la magnitud que anticipó en sus inicios. De lo mejor de Alemania en el Mundial. Nadie extrañó a Ballack en la primera línea. Contra Argentina jugó para 9 puntos.
37- Mesut Özil: junto a Messi, lo mejor de la primera fase en mi opinión. Manejó los hilos de Alemania, y fue el jugador diferente en un equipo lleno de vértigo y sacrificio. Es el 10 de estos tiempos, el hombre que flota detrás del 9 y que hace la pausa. En el Bremen nadie extraña a Diego. Özil es mejor.
38- Sergio Busquets: un crack. Simplemente eso. Tiene todos los requisitos para ser el volante del futuro. Presencia física, ubicación y excelente pie. Fue el ancla del equipo campeón. El soporte de la genialidad de Xavi e Iniesta, a quienes cada día conoce más. Un dignísimo ejemplar de las canteras del Barza. Se quedó a un pasito de entrar al equipo ideal.
39- Arjen Robben: demostró que después de Messi y Cristiano Ronaldo, es el jugador más desequilibrante del mundo. A diferencia de los cracks mencionados, con Robben todos sabemos lo que va hacer, pero lo termina haciendo. Todos sabemos hacia dónde va a amagar, pero deja en ficha hasta al más mentado de los defensores. Hizo añicos a Michel Bastos contra Brasil, y pese a llegar diezmado al Mundial, fue determinante siempre que le tocó jugar. Lamentablemente falló cuando menos debía de fallar. En la final se encontró con Casillas, quien en dos jugadas lo condenó al insomnio para siempre. Robben estuvo a un pasito de la gloria, pero no la pudo alcanzar. Otro que por poquito no está en el equipo ideal.
El quipo ideal: en este caso no están ordenados por méritos, simplemente es un equipo configurado así: arquero; lateral derecho, central, lateral izquierdo; un volante de primera línea, tres volantes de segunda línea; un extremo, un mediapunta y un centrodelantero.
40- Iker Casillas: no tiene que parecerle a nadie exagerado si digo que Iker Casillas es el mejor arquero de la historia del fútbol. Su actuación (aún con el gol de Suiza en el que culparon a su bella novia Sara Carbonero) ha sido excelente todo el Mundial. Contra Paraguay fue fundamental al atajarle el penal a “Tacuara” Cardozo, un hombre que hasta contando entrenamientos debe haber fallado dos penales en toda su carrera. Y en la final España tuvo tres goles: el de Iniesta y las dos tapadas de Iker ante Robben. Ha ganado como capitán y figura la Eurocopa y el Mundial. Tiene dos Champions en su currículum. Es el número “1” del Madrid desde hace más de diez años. ¿Se necesita algo más para ser el mejor de todos los tiempos? Si alguien me dice que sí, no importa, Casillas lo va a conseguir.
41- Sergio Ramos: qué capacidad para jugar siempre para ganar. Para no dar una sola pelota por perdida. Para llegar al área rival. Para golpear cuando es necesario. Gran actuación de este hombre, de los mejores en su posición desde hace rato. Sergio Ramos parece torpe pero con la pelota sabe, y mucho. Tiene look de relajado, pero juega con un compromiso ejemplar los noventa minutos.
42- Carles Puyol: clave en el gol frente a Alemania, y muy seguro siempre. Al igual que Thuram en el 98 o Brehme en el 90, Puyol fue un defensor que definió una semifinal del Mundial. Con esta nueva consagración (ya había alzado la Euro en el 2008) “Tarzán” le pone el punto final a una apoteósica carrera con su selección. En el Barza, tiene para para rato.
43- Gio Van Bronchorst: recuerdo que cuando empezó el Mundial y lo vi como titular y capitán de Holanda, descarté a su país como candidato. “Un equipo que sigue contando con Gio no puede ser protagonista”, me dije. Es que Van Bronchorst desde hace varios años había desaparecido de la élite del fútbol, tras exitosos pasos por el Arsenal y el Barcelona. De regreso en la liga de su país lo imaginaba devaluado. Pero su actuación me tapó la boca. De las gratas sorpresas del Mundial. Gio plasmó su experiencia en la zaga, y podríamos decir que, a diferencia de la mayoría de laterales del planeta, en la marca ha mejorado con los años. Hizo un golazo ante Uruguay, y en la final tuvo una dignísima actuación.
44- Diego Pérez: si en las Eliminatorias pasadas nos enterábamos de que el “Ruso” jugaría contra Perú, no pasaba nada. Lo teníamos archivado como un volante batallador y no mucho más. Pero el nivel mostrado por el volante de contención uruguayo este Mundial ha sido superlativo. Una imagen que grafica su accionar está en el gol de Cavani para el provisorio empate contra Alemania: el balón lo tiene Schwensteiger, acaso el mediocampista más certero del equipo teutón, y el “Ruso” se lanza de carretilla para robarle el balón, demostrando que en una jugada de quite y sacrificio también se puede encontrar arte. Así empezó el fabuloso contragolpe de Uruguay. Eso fue el “Ruso” Pérez este Mundial. Un hombre que a los 30 años alcanzó la gloria. Y que ha sacado chapa de inolvidable en un país plagado de jugadores de su estirpe. Cuando nos volvamos a topar contra los uruguayos recemos para que el “Ruso” ande resfriado.
45- Xavi: lo único que ha hecho Xavi este torneo es cumplir con lo que todos esperábamos de él. Desde hace un par de años se ha posicionado como el mejor del mundo en su posición, y con una amplia ventaja. Conoce de memoria el juego, y tiene una relación muy fuerte con la pelota. Parece dotado de algo mágico que nos hace pensar que tenerlo en un equipo es trampa. Está siempre bien ubicado y participativo. Es imposible que pase desapercibido porque la pelota está siempre con él. Manejó los hilos de España como viene manejando los del Barcelona desde hace mucho. Y cuando está enchufado, es poco probable que su equipo no gane. E imposible que su equipo no tenga absolutamente el control de la pelota. Un crack.
46- Wesley Sneijder: apareció en los momentos justos. Fue vital contra Brasil y contra Uruguay. Plasmó su técnica y su inteligencia siempre. Tuvo una gran temporada en el Inter, pero en el Mundial la superó. Llegó repleto de confianza y los resultados fueron claros: 5 goles para un volante en un Mundial es un mérito casi inalcanzable. Como para que los dirigentes del Madrid se sigan arranchando los pelos por haber prescindido de sus servicios.
47- Andrés Iniesta: fue a mi gusto el mejor jugador del Mundial. El complemento perfecto de Xavi. Iniesta flota en la cancha. En todo momento parece que está por perder el balón, pero no se la quitan nunca. A diferencia de Zidane, que con su porte y su estampa daba la impresión de que todo lo hacía fácil, con Iniesta todo parece difícil, hasta improbable, y lo termina haciendo. Para mí fue el mejor jugador del torneo por encima de Forlán, porque su equipo salió campeón y él, siendo mediocampista, anotó el gol del título. Además apareció en los momentos claves. Contra Chile con esas caricia a la red que fue su gol, contra Paraguay para hilar la pelota hasta el gol de Villa, contra Portugal para empezar con la jugada que definió el partido. Y en la final no se amilanó con las patadas y luchó hasta el final por romper el cero. Que él haya hecho el gol del título es un premio merecidísimo para una actuación descollante. Al igual que Xavi, Iniesta ha patentado un estilo. No se los puede comparar con nadie. Son y serán ellos, nada más.
48- Tomas Müller: la revelación del torneo. Hizo cinco goles, plasmando así toda su eficacia. Además es táctico y colabora. Puede jugar de extremo, de volante o de delantero. Un jugador completo. Tuve la suerte de verlo en uno de sus primeros partidos en la Primera del Bayern, y lo jugó como si tuviese 15 años en el fútbol. Fiel al estilo alemán, Müller parece uno de esos aplicados estudiantes que al encontrar su primer trabajo se adecuan al instante, y se tornan imprescindibles. Así vive el fútbol. Lo vi también en su primer gol en la Bundesliga, casi ni lo festejó. Como cuando anotó por primera vez en el Mundial, que sólo se abrazó con alguno de sus compañeros y regresó para continuar el juego. Tiene hielo en la sangre, y esa es su principal virtud. Si mi equipo tuviese un penal definitorio en el último minuto, mataría porque lo patee él.
Así de categórico es el fútbol. Al final el Mundial deja para la foto la imagen del campeón, y salvo en contadas excepciones (la Holanda de Cruyff en el 74, el llanto de Maradona en Italia 90, el cabezazo de Zidane a Materazzi), la participación de los perdedores permanece largo rato en la retina del cada vez más olvidadizo fanático. Yo he querido inmortalizar en este texto el accionar de los que no la hicieron. De los que fracasaron en el intento. De los que nadie hablará cuando los estímulos marketeros que envuelven al torneo preferido de la FIFA aspiren con contagiarnos de su espíritu, como si no bastase con el amor incondicional que sentimos por nuestro deporte rey. Lógico, también habrá un (vasto) espacio para ese maravilloso equipo de Vicente del Bosque. No hacerlo sería una falta de respeto para un campeón con holgado merecimiento; y sería privarme del placer narrativo que significa escribir sobre España, similar al disfrute que genera con su fútbol a ras del piso y el fino toque de sus excepcionales mediocampistas.
Hablaré brevemente primero de los países, pero los protagonistas del análisis (que pudo ser mucho más exhaustivo o imparcial de no ser por lo que explico aquí) serán los jugadores. De las selecciones sólo puedo decir que España se consagró porque fue el que mejor fútbol hizo a lo largo del torneo, y porque derrotó en un partidazo al segundo mejor equipo del Mundial: Alemania. Y sobre todo, España es campeón porque Brasil, el único capaz de superarlo, fue eliminado insólitamente por Holanda en cuartos de final. Pese a las críticas a Dunga y a su sistema “defensivo” y poco vistoso, Brasil fue en mi opinión el mejor equipo hasta los fatídicos 45 minutos finales de su participación. Fue yendo, fiel a su historia, de menos a más, llegando a tener un altísimo pico en su rendimiento en pasajes de la masacre contra Chile y en el primer tiempo contra los holandeses, que debió terminar con un resultado más abultado. Con la eliminación de Brasil todo quedaba en manos de España o de Alemania, porque Holanda no llegó nunca a posicionarse como candidato. Por primera vez desde que tengo uso de razón primaron en el esquema naranja la marca y el amarre del juego. Acostumbrados a ver a equipos holandeses comandados por el talento de Bergkamp o la contundencia de Van Nistelrooy, presenciamos esta vez a una escuadra que jugó al ritmo de Marc Van Boomel. Y les bastó con la esporádica magia de sus dos mejores hombres, Sneijder y Robben, para ganar con lo justo y casi sin despeinarse sus partidos, en una primera ronda con rivales muy livianitos y la serie más sencilla de los octavos de final.
Argentina es un párrafo aparte. Llegaron hasta donde puede llegar un equipo de excelentes jugadores sin la mínima intendencia de un director técnico. Maradona demostró que en el fútbol el entrenador y el futbolista son dos cuerpos totalmente diferentes. Diego armó mal el equipo al prescindir de Zanetti y Cambiasso, presuntamente vitales en reemplazo de dos puntos flacos del equipo: el lateral derecho y el mediocampista que acompañe a Mascherano. Después se contagió de las virtudes de sus “muchachos”, y plasmó un esquema digno de México 70, con un solo volante de quite y dos ofensivos, y tres puntas. Ni en el PlayStation se puede ganar así en estos tiempos. Menos contra un equipo versátil y lleno de variantes, como la insólitamente joven Alemania. Argentina debió prescindir de Tévez o de Higuaín para jugar con cuatro en el medio frente a los teutones. A Diego lo terminó por hundir el excelente nivel mostrado por Carlitos tanto en las prácticas como en los primeros partidos, y el oportunismo del “Pipita” para mojar cuatro veces en un torneo que lo tuvo lejos de sus mejores tardes madrileñas. Si sentaba a uno de los dos contra Alemania no se molestaba nadie. Ni que fueran Batistuta.
Palmas para los sudamericanos, con Uruguay como abanderado fundamental de nuestra raza latina. Qué equipazo. Maestro Tabárez. Ídolo Forlán. Correcto lo de Paraguay. Cumplió. Si no llegaba a los cuartos de final hubiese sido un fracaso, teniendo en cuenta que desde hace diez o doce años es potencia en Sudamérica, la plaza más difícil para jugar las Eliminatorias. Y Chile, ya lo dijo Zamorano, ganó contra los que tenía que ganar y perdió con los que tenía que perder. El fixture estaba hecho para que en el mejor de los casos tengan la campaña que tuvieron.
La decepción fue África, aunque ya los cables noticiosos nos daban un presagio de lo que sería un Camerún diezmado y una Nigeria sin un adecuado recambio generacional. La lesión de Drogba terminó por hundir a Costa de Marfil, que en su segunda cita mundialista en el “grupo de la muerte” (en el 2006 compartió grupo con Argentina, Holanda y Serbia) tuvo además de enemigo al fixture, que lo colocó frente a Brasil en el segundo partido, el que tenían que ganar sí o sí los pentacampeones. En Europa faltó categoría globalmente (Suecia, Rusia o Turquía hubiesen ofrecido un mejor papel que Eslovenia, Serbia y Grecia), pero al final pesaron sus tres mejores exponentes: España, Holanda y Alemania. Lo de Italia y Francia no fue una decepción. Aunque confieso que los imaginaba superando al menos la fase inicial, sólo un iluso podía apostar por su ingreso al podio de los semifinalistas. Domenech se debió largar a su casa ni bien acabado el Mundial del 2006, donde lo salvó la magia de Zidane; e Italia carecía del material hasta para fortalecerse con su “catenaccio”, sin contar que esta vez no había ni un Baggio ni un Del Piero ni un Totti que marque la diferencia. No hubo, siquiera, un Pirlo, lesionado y aburguesado.
El fútbol es de los jugadores
A continuación presentaré una lista de los futbolistas que en mi opinión fueron protagonistas. Vale aclarar que su ingreso en este mini ranking está regido por las expectativas que tenía con ellos o por la cantidad de partidos en los que los pude ver. Estarán separados en cuatro grupos: las decepciones, los que cumplieron, los que destacaron y los miembros del equipo ideal según mi criterio. Y estarán acomodados de acorde a sus méritos, de menor a mayor.
Las decepciones:
1- Wayne Rooney: el ariete del Manchester United fue la gran decepción de la copa del mundo. Llegó con el cartel de candidato a goleador, con todos los boletos para ser el abanderado de la selección que debía ser por fin protagonista, y pasó sin pena ni gloria. Errático hasta en jugadas sencillas, se despidió sin anotar un solo gol. Es joven y tendrá revancha, pero es el segundo Mundial en el que fracasa. El peor jugador del torneo.
2- Fabio Cannavaro: el último rey de la copa FIFA fue un fiasco. Protagonista tangible de lo que fue su selección en este torneo. La campaña de Italia en el Mundial se resume con un Cannavaro vencido tras un saque lateral de un eslovaco. Una actuación diametralmente opuesta a la del Mundial pasado, que amenaza con perjudicarlo en el podio de los más grandes de la historia. Franco Baresi, actualmente y sin estirar las piernas, hubiese cumplido un mejor papel.
3- Frank Lampard: otro que caminó en el Mundial. Salvo contra Alemania y específicamente en el disparo que acabó con ese grosero error arbitral que lo privó de gritar su único gol en copas del mundo, no fue gravitante. Al igual que Rooney, fue su segunda decepción mundialista. Lampard es Dios en el Chelsea, pero ha quedado demostrado que con su selección no rinde.
4- Franck Ribery: tuvo una asistencia en el último gol de Francia en el Mundial, pero estuvo irreconocible en todo el torneo. Desde que Ribery fue tentado por el Madrid y el Barcelona su rendimiento ha estado en constante picada. Peleas con su técnico, lesiones, expulsiones. Y un Mundial para el olvido.
5- Felipe Melo: el villano de la eliminación de Brasil. Borró con su autogol y su absurda expulsión el gran pase a Robinho para el gol frente a Holanda. Era el “defendido” de Dunga y debió ser el más ecuánime cuando las papas empezaron a quemarse. Otro que al alcanzar protagonismo (con su pase a la Juventus) ha diezmado su accionar.
6- Humberto Suazo: el “Chupete” tuvo el infortunio de llegar lesionado a la cita mundialista. Su actuación hace recordar al “Diablo” Etcheverry, vital para la clasificación de Bolivia a USA 94 pero que en el Mundial anduvo lesionado. Etcheverry fue expulsado a los veinte minutos en su único partido en el 94, y al “Chupete”, errático como nunca antes, la crítica no lo recordará por algo mejor que al boliviano.
7- Fernando Torres: el “Niño” no estuvo en el Mundial. España mostró su mejor juego con él en el banco, ya sea con Llorente primero, o con Pedrito después. Ingresó por Villa en los últimos minutos de la final y se desgarró. Casi ni se le ha visto en los festejos de “la furia” en La Cibeles. Es el único español del mundo que no está 100% contento.
8- Steven Gerrard: anotó un golazo en el debut frente a Estado Unidos y anduvo batallador, pero su currículum prometía mucho más. Gerrard es uno de los jugadores más completos en la historia del fútbol a mi gusto, y lamentablemente tendrá que contarle a sus hijos que el Mundial no pasó por él. Es difícil imaginar que en Brasil 2014, con 34 años, pueda jugarse una revancha. Una lástima.
9- Claudio Bravo: el portero chileno fue protagonista de la jugada que terminó por hundir a Chile, cuando salió a cortar sin criterio un balón lejos de su arco dejándole servido el gol a Villa. Los años se encargarán de borrar de la memoria de la gente que el campeón del 2010 pudo quedar afuera en primera ronda a manos de un sudamericano. Para el bien de Bravo, nadie hablará con el tiempo de su estupidez.
10- Julio César: el mejor arquero del mundo falló cuando menos tenía que fallar. Era su Mundial, su oportunidad de pasar a la historia, pero los libros y las estadísticas dirán que Taffarel y Marcos, porteros con menores cualidades que él, fueron mucho más trascendentes. Un arquero de Brasil, equipo al que le llegan ocho veces por campeonato, no puede tener dos errores gruesos. Y Julio César los tuvo.
11- Samuel Eto’o: anotó dos goles pero su selección fue la peor del torneo (sólo superó a Corea del Norte). Además el último gran número 9 del Barcelona estuvo lejos de su mejor nivel. No fue el Eto’o del Barza, fue el Eto’o del Inter, un jugador que con 29 años está viviendo un declive en su carrera. Camerún basaba sus esperanzas en él, y terminar con cero puntos en un Mundial en su continente, es un fracaso rotundo.
12- Cristiano Ronaldo: anotó un gol y destacó en la goleada de Portugal frente a Corea del Norte, pero lo suyo frente a España, cuando su equipo más lo necesitaba, fue muy opaco. Cristiano le dio pie a los imbéciles que dicen que es un jugador producto del marketing. No se portó a la altura de lo que para mí es: un jugador excepcional.
Los que sólo cumplieron:
13- Didier Drogba: con un solo brazo se dio maña para pesar siempre, y para ser una constante amenaza para los defensores rivales. Anotó un golazo frente a Brasil, y a diferencia de Eto’o, fue más gravitante en su selección. Llegó a contagiarlos, pero no alcanzó.
14- Kaká: le bastaron chispazos para destacar. Casi sin sudar tuvo tres o cuatro pases de gol, pero su rendimiento no pasó a mayores. Se esperaba mucho más de él. Se fue sin anotar y con una expulsión, ambas cosas rarísimas en su carrera.
15- Robbie Van Persie: fue el gran sacrificado de la selección holandesa. Jugó de nueve cuando él es extremo o media punta. Fue más lo que rebotó que lo que aportó. Igual fue titular en el sub campeón del mundo, y eso es meritorio.
16- Javier Mascherano: no le alcanzó para ser el ancla de su selección. Se vio superado en varios pasajes, sobre todo frente a Alemania. Pese a eso el “Masche” tuvo buenos momentos. Es un jugador que sólo sirve cuando está 8 puntos, y eso no ocurrió en el Mundial. Alemania 2006 lo gozó en mayor nivel.
17- Robinho: cumplió. No se puede esperar más de alguien que ha resignado gloria por volver a su país a recuperar la autoestima. Igual tuvo chispazos geniales. Individualmente, en el “mano a mano”, fue de los mejores del torneo. Hizo dos goles, pero da la impresión de que no logra asentarse en una selección de peso como la brasilera.
18- Gonzalo Higuaín: hizo cuatro goles (un hat-trick frente a Corea) y eso le basta para aprobar, pero no estuvo en un buen nivel. Salvo el golazo que hizo ante México, lo del “Pipita” no fue superlativo. Sigo pensando que a Argentina lo que le falta es un 9 de peso. Está claro que Higuaín no lo es, y Milito, de gran nivel en el Inter, no fue tomado en cuenta, y por su edad, no tendrá revancha al parecer. Argentina con Luis Fabiano, por ejemplo, sería otra cosa.
19- Maicon: el segundo mejor lateral derecho que he visto en mi vida tuvo un Mundial aceptable. Anotó un golazo en el debut de Brasil, y hasta el segundo tiempo frente a Holanda tenía todos los boletos para ser el mejor lateral del torneo, pero se cayó.
20- Xabi Alonso: lo menos bueno dentro de lo excelso de la selección española. No fue protagonista pero cumplió. Falló un penal que le hubiese proporcionado más puntos. En la final fue cambiado en un momento clave. Su salida le dio visa para la historia a su reemplazante, Césc Fábregas.
21- Luis Fabiano: demostró su calidad con tres golazos que son marca registrada. Tiene un guante en el pecho. Además, es ágil y con dribling, y posee un portentoso disparo. En un puesto picante como el centro delantero brasilero, ha demostrado desde hace rato que está a la altura. No es Ronaldo, pero con lo que tiene le ha bastado. ¿Seguirá para el 2014?
22- Lucio: pocas veces vi un partido en el que el central de un equipo ganador por 3 a 0 sea figura, y Lucio lo fue contra Chile. Tuvo un gran Mundial, aunque se diluyó en el peor momento. Ha sacado chapa para la eternidad al superar a Pelé como el brasilero con más presencias en la copa del mundo, y eso es suficiente para nombrarlo. Cumplió.
23- Lionel Messi: al 10% de su juego fue lo mejor de Argentina. Generó muchísimas situaciones de gol y estuvo fino con la pelota. Le faltó meterla, pero la tuvo ahí. Fue el mejor jugador de la primera fase en mi opinión. Y sin despeinarse. Contra Alemania fue una sombra. Messi llegó para ser la estrella y no lo consiguió, pero es tan bueno que incluso con un 4 a 0 a cuestas, y sin haber hecho un solo gol, no podemos decir que fracasó. Tendrá revancha.
Los destacados:
24- Gabriel Heinze: el “Gringo” fue la revelación de la escuadra de Maradona. Acaso el único acierto del entrenador albiceleste. Lo “bancó” a muerte, como dirían los “chés”. Y Heinze fue una muralla hasta que se topó con Alemania. Además, anotó el gol más importante para Argentina en este Mundial: el primero. Había que verlo al “Gringo” en la cancha. Su rostro no podía transmitir más compromiso, y con sus conocidas limitaciones, destacó.
25- Tim Howard: arquerazo. Fue la diferencia principal entre Estados Unidos e Inglaterra en el partido que empataron a uno. Ha demostrado muy buen nivel. Es rápido y sobrio. Y se nota que sufre cuando pierde.
26- Justo Villar: no tenía muchas expectativas con este portero que a mi gusto, es muy bajito para ser el número uno de una selección que se hizo grande con Chilavert. Pese a eso respondió. Contra España anduvo muy bien, y fue vencido por Villa tras varios rebotes. Ha pagado su deuda. Es el “1” de Paraguay.
27- Antolín Alcaraz: el abanderado de la defensa paraguaya. El destacado dentro de una defensa que cumplió con creces, como siempre. Pocos lo conocían y mostró su personalidad y su buen juego. Con un certero cabezazo abrió el camino en el empate contra Italia. Le ganó en el juego aéreo a una defensa conocidas por destacar en ese rubro.
28- Landon Donovan: un crack. El gringo no tendrá en este lado del continente el marketing que posee en su patria, pero qué jugador que es. Aparece cuando tiene que aparecer, es técnico, con temperamento. Hizo goles claves y ya pasó a la historia, en mi opinión, como el mejor futbolista estadounidense de todos los tiempos.
29- Carlos Tévez: el “Apache” puso en aprietos a Diego con su gran nivel. Tuvo que variar su sistema para darle cabida en la oncena titular, cuando días antes había declarado que sólo jugaría con Messi e Higuaín en la delantera. Tévez se preparó como nadie para este torneo y en la cancha se vieron los resultados. Anotó un golazo contra México (y otro en offside pero oportunísimo) y ya tiene, sin hacer mucho aspaviento, tres goles en los mundiales.
30- Miroslav Klose: se quedó a un gol de igualar a Ronaldo como el máximo artillero en la historia de los mundiales. Nunca entenderé por qué diablos no jugó contra Uruguay, apelando siquiera a un penal o a una posibilidad de remate con la cabeza, que es casi como un penal para él. Hizo cuatro goles y demostró que es un delantero de temer. Cuando se pone la camiseta de su selección (o de la selección que lo ha acogido, porque él es polaco), la rompe.
31- Eduardo: arquerazo. Sólo fue vencido una vez, y el verdugo fue David Villa, nada menos. Portugal demostró que no era Ronaldo y diez más. Tuvo un equipo compacto (con Tiago y Meireles en magnífico nivel también) y hasta tuvo un buen arquero. Lástima que se les cruzó España. Fue el otro equipo al que el fixture le jugó una mala pasada.
32- Lukas Podolski: al igual que Klose (polaco también) rinde más en su selección que en su club. Literalmente se puso la camiseta, y se dedicó a trabajar en pos del conjunto. Ya no fue más el errático atacante catalogado como una eterna promesa, en el Mundial fue un extremo con un importante ida y vuelta. Contra Argentina, por ejemplo, lo vimos defendiendo en su área con el mismo ahínco con el que pugnaba por desbordar en la rival. Muy buen trabajo.
33- Mark van Bommel: pegó más de la cuenta y jugó gratis la mayoría de los partidos (en la final fue un exceso), pero a van Bommel dámelo siempre. Es el “6” que todo equipo quisiera tener. Con presencia física para intimidar a los rivales, para marcar territorio y presencia. Y con buen pie para elaborar jugadas y para controlar los tiempos del partido. Muy buena labor.
34- Arévalo Ríos: no lo tenía nadie al uruguayo, y fue un motor en el medio campo. La fusión perfecta entre Mascherano y el mejor “Chicho” Serna. Mete los noventa minutos, y en ocasiones puntuales, como en el desborde para el centro hacia Forlán en el mejor gol del Mundial según la FIFA, demuestra calidad. Ha incrementado en 500% su valor en el mercado. Uruguayo de pura cepa.
35- Luis Suárez: con un inicio opaco, Luisito se ganó el corazón de todos a punta de sacrificio y con trascendencia en dos partidos claves: anotó los goles contra México y contra Corea, por lo que su accionar está sólo un escalón debajo de lo hecho por Forlán. Este inicio de temporada en Europa los teléfonos del Ajax deben estar reventando. Suárez no se va a quedar mucho más tiempo ahí.
36- Bastian Schwensteiger: un crack que ha despertado en la retina del fanático. Venía pasando desapercibido las últimas dos temporadas, pero en la última reapareció con la magnitud que anticipó en sus inicios. De lo mejor de Alemania en el Mundial. Nadie extrañó a Ballack en la primera línea. Contra Argentina jugó para 9 puntos.
37- Mesut Özil: junto a Messi, lo mejor de la primera fase en mi opinión. Manejó los hilos de Alemania, y fue el jugador diferente en un equipo lleno de vértigo y sacrificio. Es el 10 de estos tiempos, el hombre que flota detrás del 9 y que hace la pausa. En el Bremen nadie extraña a Diego. Özil es mejor.
38- Sergio Busquets: un crack. Simplemente eso. Tiene todos los requisitos para ser el volante del futuro. Presencia física, ubicación y excelente pie. Fue el ancla del equipo campeón. El soporte de la genialidad de Xavi e Iniesta, a quienes cada día conoce más. Un dignísimo ejemplar de las canteras del Barza. Se quedó a un pasito de entrar al equipo ideal.
39- Arjen Robben: demostró que después de Messi y Cristiano Ronaldo, es el jugador más desequilibrante del mundo. A diferencia de los cracks mencionados, con Robben todos sabemos lo que va hacer, pero lo termina haciendo. Todos sabemos hacia dónde va a amagar, pero deja en ficha hasta al más mentado de los defensores. Hizo añicos a Michel Bastos contra Brasil, y pese a llegar diezmado al Mundial, fue determinante siempre que le tocó jugar. Lamentablemente falló cuando menos debía de fallar. En la final se encontró con Casillas, quien en dos jugadas lo condenó al insomnio para siempre. Robben estuvo a un pasito de la gloria, pero no la pudo alcanzar. Otro que por poquito no está en el equipo ideal.
El quipo ideal: en este caso no están ordenados por méritos, simplemente es un equipo configurado así: arquero; lateral derecho, central, lateral izquierdo; un volante de primera línea, tres volantes de segunda línea; un extremo, un mediapunta y un centrodelantero.
40- Iker Casillas: no tiene que parecerle a nadie exagerado si digo que Iker Casillas es el mejor arquero de la historia del fútbol. Su actuación (aún con el gol de Suiza en el que culparon a su bella novia Sara Carbonero) ha sido excelente todo el Mundial. Contra Paraguay fue fundamental al atajarle el penal a “Tacuara” Cardozo, un hombre que hasta contando entrenamientos debe haber fallado dos penales en toda su carrera. Y en la final España tuvo tres goles: el de Iniesta y las dos tapadas de Iker ante Robben. Ha ganado como capitán y figura la Eurocopa y el Mundial. Tiene dos Champions en su currículum. Es el número “1” del Madrid desde hace más de diez años. ¿Se necesita algo más para ser el mejor de todos los tiempos? Si alguien me dice que sí, no importa, Casillas lo va a conseguir.
41- Sergio Ramos: qué capacidad para jugar siempre para ganar. Para no dar una sola pelota por perdida. Para llegar al área rival. Para golpear cuando es necesario. Gran actuación de este hombre, de los mejores en su posición desde hace rato. Sergio Ramos parece torpe pero con la pelota sabe, y mucho. Tiene look de relajado, pero juega con un compromiso ejemplar los noventa minutos.
42- Carles Puyol: clave en el gol frente a Alemania, y muy seguro siempre. Al igual que Thuram en el 98 o Brehme en el 90, Puyol fue un defensor que definió una semifinal del Mundial. Con esta nueva consagración (ya había alzado la Euro en el 2008) “Tarzán” le pone el punto final a una apoteósica carrera con su selección. En el Barza, tiene para para rato.
43- Gio Van Bronchorst: recuerdo que cuando empezó el Mundial y lo vi como titular y capitán de Holanda, descarté a su país como candidato. “Un equipo que sigue contando con Gio no puede ser protagonista”, me dije. Es que Van Bronchorst desde hace varios años había desaparecido de la élite del fútbol, tras exitosos pasos por el Arsenal y el Barcelona. De regreso en la liga de su país lo imaginaba devaluado. Pero su actuación me tapó la boca. De las gratas sorpresas del Mundial. Gio plasmó su experiencia en la zaga, y podríamos decir que, a diferencia de la mayoría de laterales del planeta, en la marca ha mejorado con los años. Hizo un golazo ante Uruguay, y en la final tuvo una dignísima actuación.
44- Diego Pérez: si en las Eliminatorias pasadas nos enterábamos de que el “Ruso” jugaría contra Perú, no pasaba nada. Lo teníamos archivado como un volante batallador y no mucho más. Pero el nivel mostrado por el volante de contención uruguayo este Mundial ha sido superlativo. Una imagen que grafica su accionar está en el gol de Cavani para el provisorio empate contra Alemania: el balón lo tiene Schwensteiger, acaso el mediocampista más certero del equipo teutón, y el “Ruso” se lanza de carretilla para robarle el balón, demostrando que en una jugada de quite y sacrificio también se puede encontrar arte. Así empezó el fabuloso contragolpe de Uruguay. Eso fue el “Ruso” Pérez este Mundial. Un hombre que a los 30 años alcanzó la gloria. Y que ha sacado chapa de inolvidable en un país plagado de jugadores de su estirpe. Cuando nos volvamos a topar contra los uruguayos recemos para que el “Ruso” ande resfriado.
45- Xavi: lo único que ha hecho Xavi este torneo es cumplir con lo que todos esperábamos de él. Desde hace un par de años se ha posicionado como el mejor del mundo en su posición, y con una amplia ventaja. Conoce de memoria el juego, y tiene una relación muy fuerte con la pelota. Parece dotado de algo mágico que nos hace pensar que tenerlo en un equipo es trampa. Está siempre bien ubicado y participativo. Es imposible que pase desapercibido porque la pelota está siempre con él. Manejó los hilos de España como viene manejando los del Barcelona desde hace mucho. Y cuando está enchufado, es poco probable que su equipo no gane. E imposible que su equipo no tenga absolutamente el control de la pelota. Un crack.
46- Wesley Sneijder: apareció en los momentos justos. Fue vital contra Brasil y contra Uruguay. Plasmó su técnica y su inteligencia siempre. Tuvo una gran temporada en el Inter, pero en el Mundial la superó. Llegó repleto de confianza y los resultados fueron claros: 5 goles para un volante en un Mundial es un mérito casi inalcanzable. Como para que los dirigentes del Madrid se sigan arranchando los pelos por haber prescindido de sus servicios.
47- Andrés Iniesta: fue a mi gusto el mejor jugador del Mundial. El complemento perfecto de Xavi. Iniesta flota en la cancha. En todo momento parece que está por perder el balón, pero no se la quitan nunca. A diferencia de Zidane, que con su porte y su estampa daba la impresión de que todo lo hacía fácil, con Iniesta todo parece difícil, hasta improbable, y lo termina haciendo. Para mí fue el mejor jugador del torneo por encima de Forlán, porque su equipo salió campeón y él, siendo mediocampista, anotó el gol del título. Además apareció en los momentos claves. Contra Chile con esas caricia a la red que fue su gol, contra Paraguay para hilar la pelota hasta el gol de Villa, contra Portugal para empezar con la jugada que definió el partido. Y en la final no se amilanó con las patadas y luchó hasta el final por romper el cero. Que él haya hecho el gol del título es un premio merecidísimo para una actuación descollante. Al igual que Xavi, Iniesta ha patentado un estilo. No se los puede comparar con nadie. Son y serán ellos, nada más.
48- Tomas Müller: la revelación del torneo. Hizo cinco goles, plasmando así toda su eficacia. Además es táctico y colabora. Puede jugar de extremo, de volante o de delantero. Un jugador completo. Tuve la suerte de verlo en uno de sus primeros partidos en la Primera del Bayern, y lo jugó como si tuviese 15 años en el fútbol. Fiel al estilo alemán, Müller parece uno de esos aplicados estudiantes que al encontrar su primer trabajo se adecuan al instante, y se tornan imprescindibles. Así vive el fútbol. Lo vi también en su primer gol en la Bundesliga, casi ni lo festejó. Como cuando anotó por primera vez en el Mundial, que sólo se abrazó con alguno de sus compañeros y regresó para continuar el juego. Tiene hielo en la sangre, y esa es su principal virtud. Si mi equipo tuviese un penal definitorio en el último minuto, mataría porque lo patee él.
49- Diego Forlán: el personaje de la Copa del Mundo, sin dudas. El diferente de una selección compacta y con compromiso. Forlán fue para Uruguay el Maradona del 86 en Argentina. Hizo cinco goles, dejando en claro que fuera de ser un delantero con mucho oficio para armar el juego y manejarlo, es sobre todo un goleador de raza. Daniel Peredo lo describió como el único crack sudamericano que rinde igual en su club como en su selección. Nunca tan acertado el periodista de Cable Mágico. Forlán fue ídolo en Independiente, se las ingenió para sumar minutos en un Manchester que contaba con el mejor Van Nistelrooy y con suplentes históricos como Ole Gunnar Solskjær, fue Pichichi de la Liga en el Villarreal y repitió el plato en el Atlético de Madrid. Siempre está. Tiene idéntico remate con ambas piernas, ejecuta tiros libres y no se le recuerda un penal fallado. Además posee lo que necesita todo delantero: química con la red. El arco es para él como la sala de estar de su casa en Montevideo. Lo visita comodísimo.
50- David Villa: no anotó ni en la semifinal ni en la final, pero definió los partidos contra Honduras, Chile, Portugal y Paraguay. De no ser por lo superlativo de Andrés Iniesta en la recta final, hubiese sido a mi gusto la figura del Mundial. Es un delantero con alma de volante de contención. Le sobra temperamento. Es peleador y valiente. Y cuando le toca hacer lo suyo, los goles, no tarda en aparecer. Al igual que Forlán, usa ambos pies para disparar, y es certero con la pelota parada. Es determinante además. Fue el goleador de la Eurocopa 2008 que consagró a su selección, y con sus cinco goles en el Mundial se ha catapultado como el español más efectivo en la historia del torneo, superando a ilustres cracks como Butragueño y Raúl. A diferencia de este último, que ha realizado toda su carrera en el Real Madrid, un equipo que facilita el mito de los delanteros, el “Guaje” Villa la ha peleado desde abajo. Debutó en el Sporting de Gijón, pasó por el Zaragoza y alcanzó prestigio internacional con el Valencia. Debutó con 24 años en su selección, y hoy, a punto de cumplir los 29, puede decir que lo ha ganado todo. Y en un lapso de seis años. El premio a su admirable carrera es su reciente fichaje con el Barcelona. Un motivo más para seguirle los pasos a ese mágico equipo. Un motivo más para disfrutar, domingo tras domingo, de la base del último campeón del mundo.
50- David Villa: no anotó ni en la semifinal ni en la final, pero definió los partidos contra Honduras, Chile, Portugal y Paraguay. De no ser por lo superlativo de Andrés Iniesta en la recta final, hubiese sido a mi gusto la figura del Mundial. Es un delantero con alma de volante de contención. Le sobra temperamento. Es peleador y valiente. Y cuando le toca hacer lo suyo, los goles, no tarda en aparecer. Al igual que Forlán, usa ambos pies para disparar, y es certero con la pelota parada. Es determinante además. Fue el goleador de la Eurocopa 2008 que consagró a su selección, y con sus cinco goles en el Mundial se ha catapultado como el español más efectivo en la historia del torneo, superando a ilustres cracks como Butragueño y Raúl. A diferencia de este último, que ha realizado toda su carrera en el Real Madrid, un equipo que facilita el mito de los delanteros, el “Guaje” Villa la ha peleado desde abajo. Debutó en el Sporting de Gijón, pasó por el Zaragoza y alcanzó prestigio internacional con el Valencia. Debutó con 24 años en su selección, y hoy, a punto de cumplir los 29, puede decir que lo ha ganado todo. Y en un lapso de seis años. El premio a su admirable carrera es su reciente fichaje con el Barcelona. Un motivo más para seguirle los pasos a ese mágico equipo. Un motivo más para disfrutar, domingo tras domingo, de la base del último campeón del mundo.