lunes, 25 de mayo de 2009

Cincuenta y veintisiete (Y)

"Si se va, puede volver... el día menos pensado".



Ha sido un tiempo porcino. Una enfermedad, idas al hospital, citas con el médico. Ilusiones de trabajos, entrevistas con palmaditas en el hombro, ganas de mandar la burocracia a la rechonchadesumadre. Un viaje revitalizador, nuestra sierra querida y difícil, el frío y la lejanía de la bulla. Un bus interminable y la esperanza de nuevo. En fin, nunca tan acertado tu nombre. Vieja conciencia, a horas de un nuevo almanaque, y aún fuera de juego. El juez de línea es infalible…

Escribir es un termómetro de lo que me ocurre. Y es esta una frase que roza lo paradójico, pues jamás escribo de forma sincera sobre lo que me ocurre. Es un impulso, una especie de terapia si nos ponemos cursis. Pienso (o pensaba) que lo hago cuando ya no doy más, pero no dar más, estar en el hoyo, es un estadio vetado para mi literatura, y siempre hay que sacar la cabeza. Un poquito siquiera. Ahí aparece la inspiración, la musa coqueta. Aquella que ve la luz en épocas y formas de lo más variadas.

Una mujer inalcanzable, un escritor inalcanzable. Una canción. Una película de trama accesible. Cualquier cosa. Un impulso ineludible. Y volver a la hoja en blanco (maldita y bendita hoja en blanco). Y por ahora, volver a ti. No lo cuentas, no reclamas. Pero estática, te adivino deseosa. De brillo y calor. De soledad compartida.

El mundo está cambiando. Amigos con los que ya no me puedo tomar ni un trago, hermanos que me están alcanzando, primos que me hacen y me harán falta, abuelas que se van despidiendo. Padres que me soportan aún. Sueños ajenos y pesimismo. Bolsillos flacos. Y en el camino, tú.

Vendrán peores rachas. También mejores. La vida, al fin y al cabo, es un sendero de espinas y rosas. Lo triste es que no sabemos cuándo nos tocará caer definitivamente. Y no queda mejor consuelo entonces, ante resbalones y sequías, que observar lo bonito que es a veces levantarse. Y en ese proceso, mi proceso, apelar a tu conciencia, que es la mía maquillada.

Nunca me podré alejar de ti.

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