martes, 30 de noviembre de 2010

Cinco goles más (Y)

Nos vamos levantando. Y gracias al Dios Fútbol.
1- No pude ver en directo el partido de ayer. De tres a cinco de la tarde me la pasé en la oficina con ganas de matarme cada vez que actualizaba la página virtual de El Comercio y me llegaba la noticia de un nuevo gol. Felizmente al regresar a casa me encontré con el derbi completito, y aunque no es lo mismo, disfruté como todos, al punto en que también me di tiempo para ver la tercera repetición bordeando la medianoche. En espectáculos como el de ayer sobran las palabras. Fue un partido mágico. Una demostración certera de que el fútbol todavía puede ser arte. Y la confirmación de una frase que ya debería ser un consenso: el Barcelona de Guardiola es el mejor equipo de la historia. ¿Con qué argumentos negarlo? ¿Hay algún equipo superior? Los futboleros de mi generación hemos crecido con tres posibilidades en el tapete: el Brasil de Pelé, la Holanda de Cruyff y el Milan de Arrigo Sacchi. Hablamos de un cuadro repleto de jugadores finos, otro revolucionario en cuanto a tácticas ofensivas y un tercero implacable y muy eficaz. Bueno, el Barça de Guardiola posee todo eso. Y con el agregado de plasmarlo en tiempos donde el fútbol ha dejado de ser un deporte estético. Hoy, amarrado firmemente al marketing y al dinero, prioriza el resultado, amparándose en esquemas ultradefensivos donde prevalecen los jugadores físicos sobre los talentosos. Y el Barça se da maña para ofrecer un fútbol casi setentero, de toque y paredes en primera, de lujos y goles en cantidad. Y a mil por hora.

2- ¿Cuánto mérito tiene Guardiola? Mucho. Ha encontrado su equipo ideal. Cuenta con once guerreros que lo comprenden a la perfección, que interpretan como propias las partituras de su orquesta. En el Barça actual no hay espacio para nadie. Guardiola no quiere a nadie. Incluso Víctor Valdés y su conocido segundo plano frente a Casillas en la selección española, incluso Eric Abidal y su aparente simpleza, incluso Pedro pese a que en su puesto existe un tal Cristiano Ronaldo, son indiscutibles. Los ocho jugadores restantes de su escuadra son actualmente, con amplia diferencia, los mejores del mundo en su posición.

3- Hablar del Barça y no mencionar a Xavi e Iniesta es peyorativo. Ayer definieron el clásico a los siete minutos. Iniesta con un pase excepcional y Xavi con la posterior definición con sutileza. Pudo haber sido perfectamente al revés la jugada. Ambos hacen bien las dos cosas. Poseen un conocimiento de la pelota que asusta. Ellos la acarician con el pie, pero la dominan con todo el cuerpo. Por ello pese a ser jugadores de escasa estatura y no muy corpulentos, dan la impresión de ser insuperables. Para robarles el balón hay que hacerles foul. Y un foul fuerte además, porque si los empujas o los desestabilizas apenas con las manos, no pierden el control, salen airosos siempre. Xavi e Iniesta son los cimientos más fuertes del Barça porque pese a ofrecer mayormente su talento alejados del área rival, son dos jugadores determinantes. Y si ya tener a Villa y a Messi en la delantera es un terrible dolor de cabeza, si los dos que los resguardan son ellos, se necesitan más de once para neutralizarlos.

4- Y la frutilla del postre es Lionel Messi. Porque Puyol y Piqué se complementan a la perfección, Dani Álves es un genio, Busquets el mejor volante tapón de los últimos tiempos y David Villa un asesino frente a la red, pero todos ellos (e incluso Xavi e Iniesta), juegan con el plus de saber que su número 10 va a desequilibrar en cualquier momento, y que aparecerá mínimo cinco o seis veces por partido con una genialidad que se grafica en un golazo o en un par de asistencias como las que le dio a Villa ayer. Y así todo es más fácil. Messi es lo mejor que vi en mi vida. Es, además, parte del mejor equipo de la historia, y eso vuelve cada vez menos insólito el decir que individualmente, es el mejor también.

5- ¿Y el Madrid? Florentino Pérez debe estar dándose de cabezazos. ¿Qué más puede comprar para ganarle al Barcelona? Tiene al segundo jugador más desequilibrante del mundo en Cristiano Ronaldo y ni bien aparece un crack de mediano nivel en Europa (Ozil, Di María, Khedira), es fichado por el Real. Encima tiene a Mourinho, el único entrenador que se podía jactar de haberle aguado la fiesta al Barça de Guardiola. Mourinho es un DT cuya virtud está en plasmar lo mejor de cada jugador de su plantel. Con él mejoró una barbaridad Marcelo, con él Xabi Alonso volvió al fútbol, con él Carvalho no es un central en bajada, con él Cristiano Ronaldo es un jugador de PlayStation. Pero el Barcelona, el Barça de Guardiola, con la pelota a ras del suelo tiene como principal virtud el sacar lo peor de sus rivales. Ayer todo el Madrid, incluso Iker Casillas, quien es a mi entender (siguiendo con dictámenes absolutos) el mejor arquero de la historia, tuvo una actuación de tres puntos. Florentino Pérez debe haber pasado toda la noche en vela, pensando en cómo hacer para comprar el próximo año a los once jugadores con la piel azulgrana que ayer le mostraban la mano abierta. Sabe que sólo así podrá ser mejor que el Barça.

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